EL CASO DE LARA. RESPUESTAS A LA VIOLENCIA EN LOS INSTITUTOS

Lara tiene 17 años. Cursa 1º de Bachillerato y lleva todo el curso sufriendo acoso por parte de unos compañeros de su clase. No lo contó a nadie.

Hace unos días fue agredida sexualmente por esos compañeros: la rodearon, la sujetaron, la manosearon, le besaron en la boca, lo grabaron en vídeo y lo difundieron por whatsapp. Todo ello ocurrió durante una clase, con el profesor presente. El profesor no lo contó a nadie y siguió dando clase.

Al finalizar la mañana, la niña acudió a jefatura de estudios y se derrumbó. Los agresores fueron expulsados durante 5 días y se inició un expediente contra ellos.

Parece ser que algunos profesores han sido testigos, desde principios de curso, del hostigamiento a que era sometida, de los golpes, de los insultos, las amenazas. No necesitaban esconderse, lo hacían delante del profesor, auspiciados por su silencio -por sus silencios-, y con la colaboración cómplice y repugnante del resto de la clase -a excepción de 3 alumnas- Los adultos imaginaron que no era nada grave, a fin de cuentas se trata de Bachillerato...

Lara está destrozada y ahora, aunque ella trate de ocultarlo, sus heridas están a la vista. Arrastra su autoestima por los pasillos, lleva su dignidad hecha jirones, su mirada está caída y su voz es inaudible. En estos días ha debido aumentar la dosis de Alprazolam y de Orfidal.

Dentro de 3 días los agresores volverán al centro y, al menos uno de ellos, vuelve con una cantidad mayor de hostilidad hacia Lara de la que llevaba cuando fue expulsado.
Lara está aterrorizada. El lunes vuelven, el lunes. Y hoy es jueves. Ya casi viernes.

¿Cuál es la respuesta del centro? 5 días, un expediente. Y el coordinador de convivencia, que va a abrir un proceso de mediación ¡MEDIACIÓN!

¿Para qué decir más? Todos hemos hecho daño a Lara. Se toleró la violencia contra ella. No se castigó. No se protegió. No se cuidó. No se evitó. Y el centro, con su respuesta débil, inútil, poco profesional, perpetúa la agresión a la víctima y protege al agresor. A Lara la hirió un compañero y la remató el sistema.

Mediación. ¿Qué mierda hay que mediar en un caso así? Quieren sentar a Lara a la misma mesa que los agresores, y que hablen. ¿Nos hemos vuelto locos? No sé ni para qué pregunto. No sé qué hago aquí escribiendo sobre este caso en lugar de estar denunciándolo. Lara me ha pedido que no lo haga y sé que se equivoca, que me equivoco. Espero no tener que arrepentirme.
Y me da miedo que llegue el lunes. Ya casi es viernes.
Lagartija
Lagartija

Políticamente incorrecta. Lic. en Filosofía y CC. de la Educación. Profesora. Psicóloga. También escribo en infohispania.es

4 comentarios:

  1. La justicia a veces está por encima de cualquier otra consideración. Estoy seguro de que harás lo correcto. Manda muchísimos ánimos para Lara.

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  2. Tienes razón, la justicia está por encima de todo lo demás. ¿Pero cómo se accede a la justicia? ¿Cómo lograr un desenlace justo en un caso así? Lara hoy está peor. No sabe si el lunes volverá al centro... En las próximas horas escribiré un nuevo artículo sobre el caso de Lara y las repercusiones que está teniendo, de todo tipo. Sólo decirte que siento náuseas. Le daré muchos ánimos a Lara, porque me temo que no los está recibiendo por parte de nadie... Un saludo y gracias por comentar.

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  3. Sé lo que es el acoso escolar porque lo sufrí en mis carnes, y años después y por motivos diferentes lo sufrió una hija mia, un abrazo fuerte a Lara y que no desista en buscar justicia, mi experiencia fue menos terrible pero también hubo amenazas de agresión y vacío sistemático, tuve suerte con el apoyo de mi familia y algún compañero que dio la cara por mí, así que a día de hoy puedo decir que lo que no te mata te hace más fuerte y te sirve de vacuna para enfrentarte a otras cosas en la vida, pero mientras ocurre te sientes fatal.

    Y muchas veces el colegio no colabora lo suficiente como demuestra esto que expones, así fue también con lo de mi hija, el tutor era un bodoque que llegó a decirme que era culpa de ella y el director pretendía lavarse las manos y me insinuó que la cambiara de colegio en lugar de plantearlo a las acosadoras; tuve mejor suerte con la Jefa de Estudios cuando ya me disponía a acudir a la Consejería de Educación de la CAM con el asunto sobre el que ya le había consultado y fue ella quien de forma directa y sencilla me resolvió la papeleta llamando a estas niñas a su despacho y haciendo que pidieran excusas...no quise llevar la cosa más lejos, había además madres conocidas mías por medio y que tampoco se dignaron a dar la menor explicación, pero ya habíamos pasado bastante durante aquel curso y sólo queríamos que terminara semejante estado de nervios, que se vieron precisamente muy empeorados por la falta de apoyo del centro.

    Que luche y haga valer sus derechos, espero que haya denuncias porque es un caso grave, y también contra ese profesor por denegación de auxilio y porque es el responsable de lo que sucede en su clase.

    Un abrazo fuerte para Lara y su familia, volveré para informarme, porque esto en absoluto puede quedar así.

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  4. Maribeluca, describes gran parte de las circunstancias que rodean el acoso escolar y que relato en la 2ª parte del caso de Lara, que acabo de escribir. Lee, lee y te vas a asombrar de cómo se siente en realidad ese profesor que como tú muy bien dices, es responsable de lo que sucede en su clase. Y si no es responsable por acción lo es por omisión.
    Dices que Lara debe luchar y hacer valer sus derechos. Sí, pero esta niña está tan mal, que hay que luchar por ella. Cuando alguien es víctima continuada de agresión, ya sabes cómo queda la autoestima, y Lara se culpa a sí misma de lo sucedido.
    Un beso.

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