El auge del gas natural ha supuesto que
el uso del gas butano se reserve sólo para las zonas rurales, periféricas o
segundas viviendas.
El
gas butano ya es un gran olvidado en las grandes ciudades. Es difícil ver a un
operario cargado con la bombona de butano de Repsol de 12,5 kilogramos a la espalda mientras grita
butano entre todos los vecinos.
De
hecho, según los datos de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia, el
consumo de butano ha descendido más
de un 44% desde 2016, tal y como apunta también El País, y las cifras continúan
en descenso. ¿A qué se debe?
¿Por qué cae el consumo de butano en las ciudades?
Los
beneficios del gas natural para el
cliente no solo tienen que ver con el precio, que también, sino que entran en
juego otros factores como su gran poder calorífico, su escasa emisión de gases
contaminantes y la facilidad de instalación y suministro. El hecho de disponer
de un suministro de gas canalizado, como es el gas natural, elimina los
contratiempos de la bombona de butano.
Asimismo,
el gas natural es más estable
económicamente hablando que el butano. Las tarifas de las comercializadoras de
gas natural son siempre las mismas, mientras que el precio de las bombonas de butano cambia dependiendo
de quién esté en el gobierno. Una de 12,5 kilogramos cuesta ahora 13,17 euros,
pero en marzo de 2015 superó los 17 euros.
El consumo de butano en las zonas rurales
De
acuerdo a los expertos en la materia, la canalización
de gas natural en las zonas rurales desprovistas de población o fuera de la
península ibérica, como es el caso de Canarias, no sale rentable. Es ahí donde
las bombonas de butano cumplen su función.
El
consumo de butano es mayor en las zonas rurales. De hecho, Andalucía, una de
las comunidades con más pueblos habitados, es la que presenta unos índices de compra de bombonas de butano más
grandes de España en dos ciudades: Málaga (5,85%) y Sevilla (5,79%).
Estas
cifras sólo son superadas por Alicante (6,54%) y Valencia (5,29%), donde, de
acuerdo a El País, se reparte una de cada diez bombonas de gas butano en
España. Las condiciones meteorológicas y el hecho de ser las segundas
residencias de muchos habitantes de España hace que se restrinja el gas natural
y se prefiera pagar solo por el uso.
Otra
de las poblaciones donde también está extendido el butano es en Castilla La
Mancha. La extensión rural de la comunidad, en la que la mayoría de la
población reside en los pueblos de las provincias, hace que el gas butano se imponga a la canalización del
gas natural. En la comunidad, a parte del gas butano, también crece el
mercado de calefactores eléctricos. Si quieres saber más acerca de la estos y
qué tarifas de luz en Castilla La Mancha
son las mejores de cara a su compra, pincha aquí.
En
conclusión, el gas butano en las grandes ciudades ha pasado a mejor vida,
debido al auge del gas natural. Ahora solo las zonas rurales, las casas de
verano o periféricas resisten al invierno gracias al calor proporcionado por
las bombonas de butano.
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