Esto de las autonomías: el principio


Erase una vez un padre autoritario que vivía con sus jóvenes hijos. Un buen día el padre desapareció (para no volver más) y los hijos quedaron solos en casa. Pasado el estupor inicial, los niños empezaron a pensar en el futuro, un futuro que se presentaba ante ellos en forma de libertad, esa libertad con la que habían fantaseado tanto tiempo.

¿Cómo sería, qué forma tendría, qué olor, qué sabor? Y envueltos en un gran entusiasmo decidieron montar una fiesta. En esa fiesta había música (Libertad, libertad, sin ira, libertad y abre la muralla, cierra la muralla), había baile y había bebida, mucha bebida.

- ¿Y tú qué tomas?
- Un trinaranjus de naranja, por favor.
- Pero no seas panoli, hombre, pídete algo más fuerte.
- Es que no se me ocurre, ¿tú qué vas a tomar?.
- ¿Yo? Lo que siempre deseé tomar cuando fuera mayor: "¡camarero, ponme una autonomía!

Alguien, desde el fondo, se pidió otra y animado, invitó: "¡autonomías para todos!"

Algunos preferían trinaranjus pero no se atrevieron a decirlo, no querían quedar como panolis ahora que empezaban a ser mayores. ¡Atonomías para todos!. Eran jóvenes, y querían probar emociones fuertes. Se juraron que desde ese momento eso sería lo que todos iban a tomar y lo firmaron y lo sellaron en forma de Constitución, para tenerlo todo atado y bien atado y que a nadie se le olvidara lo que acordaron en aquella fiesta.

Los jóvenes crecieron, se hicieron mayores y ahora se encuentran en plena madurez. Algunos piensan que las cosas no fueron como las imaginaban y bastantes consideran que se equivocaron y que quizás cometieron un error, aquel verano de juventud, en plena borrachera (sé lo que hicisteis el último verano)

Realmente todos terminaron bebiendo lo que sólo 2 de ellos deseaban, los demás no tenían sed de aquello y entre todos saciaron la sed de unos pocos. Todos pidieron autonomías, cuando hubieran preferido el clásico trinaranjus. Y era una bebida muy cara, carísima. Pidieron whiski Chivas cuando sólo llevaban dinero para mosto. Y ahora nos persigue el camarero,con la cuenta de todos estos años. ¡Y a ver quien paga!




Lagartija
Lagartija

Políticamente incorrecta. Lic. en Filosofía y CC. de la Educación. Profesora. Psicóloga. También escribo en infohispania.es

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