Un ramo de flores en el trayecto

Ignoro el nombre de la mamá y de su hijo, pero sé que ella todas las mañanas le acompañaba a la escuela y le recogía a la salida. El niño tenía unos 7 años entonces y la mamá, no lo se.

Ella le tomaba de la mano, como hacemos todas las mamás del mundo y juntos salían de casa, cruzaban la carretera, después el puente y llegaban al colegio en seguida.

La última vez que ella salió de casa para recoger a su hijo fue hace dos años, aunque no llegó. El esperó en la puerta de la escuela, ignorando que su mamá estaba ya muy lejos de allí. Demasiado lejos.

Ahora él va y viene solo a la escuela y esta mañana le vi, detenida yo en un semáforo próximo al lugar en que su madre se fue. Fueron muchos minutos de lucha, aquel día, para intentar retenerla y seguro que ella luchó hasta el final, para conseguir levantarse y llegar a tiempo a recoger a su hijo. Pero no lo consiguió y allí, rodeada de coches y sanitarios, se fue  Y desde entonces, en ese lugar no falta un ramo de flores frescas, atado a una señal de trafico.

Y este mediodía, al salir de la escuela, como ha venido haciendo cada dos años, le vi cruzar la carretera, y al pasar por delante del ramo de flores se santiguó y lo besó y continuó hacia su casa.

Es el beso diario que ese hijo aún sigue dando a su madre, quien de alguna manera, continúa acompañándole a la escuela cada día  y esperándole a su regreso. Esperando ese beso que nunca le va a faltar.


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Lagartija
Lagartija

Políticamente incorrecta. Lic. en Filosofía y CC. de la Educación. Profesora. Psicóloga. También escribo en infohispania.es

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