Las sociedades, al estar formadas por individuos, atraviesan, al igual que estos, diversas etapas evolutivas y cada una de ellas tiene una justificación y unas características peculiares. La sociedad española es un ente vivo que periódicamente nace, crece, se reproduce y muere para volver a reiniciarse, en un ciclo sin fin.
La sociedad española que conocemos ahora mismo nació el día en que murió Franco, tras un difīcil parto que duró 40 años. Aquel día nació una bella niña de nombre España, una niña que nadie esperaba, niña de padres añosos, cuyo nacimiento pasó desapercibido en una casa habitada por el miedo y la incertidumbre. No fue celebrado su nacimiento de un modo público, ni recibida con aspavientos ni bautizada con orgullo, más a medida que los días pasaban, se corrieron los largos cortinajes de cretona que tapaban ventanas y balcones y la luz y el sonido comenzó a colarse en las casas. España crecía y jugaba en las calles e iba a la escuela a aprender modales y educación.
Tuvo una adolescencia exultante y brava y esa rebeldía propia de la edad hizo saltar por los aires las invisibles cadenas que aún la ataban a tiempos recientes en el calendario pero remotos en el corazón.
Tiempos de libertad sin ira, de abre la muralla... de canciones con letra de Miguel Hernández.
Y llegada su mayoría de edad, España votó y se convirtió en ciudadana comprometida y llegó a su edad adulta trabajando, formando una familia, tirando del carro del progreso, dejando definitivamente olvidados los tiempos de dictadura y de bombas. España conoció gobiernos de diversos colores y aprendió que no es tan importante el color como las personas y, testigo como fue del juego sucio de la política, se volvió nihilista. Se sintió engañada, traicionada, vendida, vilipendiada, por aquellos a quienes otorgó la confianza en forma de voto y supo, finalmente, que todos eran iguales y el que no lo era, terminaba por igualarse.
De esa manera, España llegó a su madurez sin saber en quien confiar. Razón y corazón le enviaban mensajes contradictorios al tiempo que llegó a su vida un joven con intención de seducirla. Ella, que tuvo enamoramientos apasionados, que se dejó seducir en su juventud por la elegancia de Adolfo y la sonrisa de Felipe, para ser traicionada en su madurez por el bobalicón de José Luis y el paniaguado de Mariano, recibe ahora cartas de amor de un jovencito que la pretende en su madurez. Y duda. Una parte de ella sabe que todos son iguales, que mucho #PrometerHastaMeter, y que incluso los que más inofensivos parecen pueden resultar los más peligrosos.
Pero hay otra parte de ella, la parte perversa y pecadora que gusta de juegos peligrosos y que continuamente le susurra al oído "atrévete", "mételo en tu cama", "no seas frígida, facha, cobarde..." Y ella, temerosa de dejar pasar el último tren de su vida, duda si lanzarse en paracaídas con ese jovenzuelo que le grita "¡Podemos!" y que la empuja a la caída libre habiendo saboteado el paracaidas de su pretendida, con intención de heredar.
Es posible que esa aventura, de lanzarse a ella, le cueste la vida y la bella España muera trágicamente para nacer de nuevo en una dictadura de distinto color que la anterior. Una dictadura que marcará, de nuevo, su existencia.
España querida, no te la juegues. Eres una madurita atractiva y te mereces algo mejor. No sucumbas a la tentación de pretendientes que no son dignos de ti. Que ya tienes una edad, ¡coño!
Qué alegoría más ingeniosa. Me ha gustado mucho: acertada como siempre.
ResponderEliminarMuy buen post!! Dif en varios sitios y con gente pensante!! Gracias!!
ResponderEliminarHas realizado un documental en prosa de nuestra historia reciente y actual, acabando por reflejarlo todo en un retrato en alta definición de nuestro ser. Fantástico post que "chorrea" imaginación.
ResponderEliminarFabuloso. Me ha encantado. Tienes buena imaginación.
ResponderEliminarMe ha encantado. Enhorabuena. Fabulosa imaginación
ResponderEliminarGracias a todos, amigos.
ResponderEliminar!Ay Lagartija, que grande eres, coño!
ResponderEliminarEres muy amable, querido Rafael. Agradezco tu comentario. ¡Un beso!
EliminarBuenísimo
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Emi, y por visitar mi blog. Un saludo!
EliminarCoño que bonita metáfora ! Y tranquilo que España no se toca http://laguiadelbaix.com/wordpress/?p=82
ResponderEliminarGracias por el comentario. Por cierto, tu poema FANTÁSTICO. España no se toca... Un saludo!!
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